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Mar de Ajó, Buenos Aires, Argentina
Sé todo lo que sé, más no importa, voy por lo que aún no sé. Si querés saber quien soy, sin dudas, leé Ciruja Cósmico en el blog...

jueves, 21 de febrero de 2013

Cavilaciones, sobre la mentira. ¿O la verdad?...





La mentira, como tal, no existe
Si entendemos, la mentira, como ausencia de verdad, lo único que haremos, es trasladar el conflicto, a otro escalón.
Esa supuesta verdad, tarde o temprano, más temprano que tarde, si el humano, fuera un poco más hábil, para ser consciente, que esa supuesta verdad, es parcial y finita, y madre de la futura mentira…
Ya que al ser siempre, una percepción, instantánea, válida, solo para, ese determinado entorno que la generó.
Y sin embargo, esa iluminación, al alcanzar, el conocimiento, de esa supuesta e inamovible verdad, la vaporiza. La verdad, es tan efímera, como el hecho de descubrirla.
Justo, en el momento, que nos abre  la puerta a otra dimensión, con una catarata de nuevas dudas, multiplicando el esfuerzo de profundizar las cosa, a límites insospechados:
Por lo tanto, muchos seres, se abandonan a la comodidad, de lo conocido, sin traspasar, las fronteras, de su ser.
En ese ámbito, las cosas, se anquilosan y vuelven concretas.
Construyen verdades sólidas como rocas, tan sólidas, que terminan por sujetarte a ellas, de manera irreversible, con su sólida gravedad, nacida de su alto peso especiífico.
Tal vez, si cuando ese loco, te dijo, mirá las estrellas, no entendiste y te embolaste, pero si no entendiste, las estrellas, no las sentiste… mucho menos percibir, la fuerza de su gravitación, o la manera de agruparse.
De ser así, hoy, no habría tanta gente entrampada, en el laberinto de buscar los absolutos, que solos existen, en el terreno de la ciencia ficción.
Es el mundo de los absolutos, cómodos y adormecedores.
Pero, siguen, sin ser verdad, es solo una teatralización, que adormece, y no permite que el ser, desarrolle todo su potencial, en el arte de entenderse a través de los otros.
Esas verdades, además, entre muchas otras cosas y daños colaterales, conspiran, para que cada uno, defienda a capa y espada sus seguridades, actitudes, que luego derivan, en el desinterés y el individualismo.
Y nada empobrece más al ser humano, que creerse, individuo, como si nada del lo que, generan otros millones de individuos, en el entorno en el cual se desarrolla, tuviera alguna incidencia en él..
De ahí, a las separaciones y batallas por pelotudeces, fundadas en inocentes inseguridades, solo hay un paso.
Que a su vez, da lugar al siguiente, que es la pelea, por el triunfo, de alguna de esas verdades, a esta altura, ya más falsas, que las percepciones, de los puntos de vista, que las crearon…
Con este argumento, se invierte, la carga de prueba, y, apunto, como culpable, no a la mentira, que se pregona a si misma, explotando permanentemente ante nuestros ojos, tanto, que hasta por momentos se hace invisible, por obvia.
Y dirijo mi condena, a la verdad, ilusoria, vendedoras de efímeras fantasía, y hasta nos hace pensar, que nuestra propia vida, que es una mentira, ficcionada, es real, inmutable.
Es, lo que percibimos de ella, en ese preciso momento.
Los saltos, vacíos y falta de percepción, las dibuja nuestra cabeza, cada vez, que lo rememoramos.
Así de reales somos...
Y nos pone directo, en el terreno de la hipocresía.
Diremos que no, pero…
Hay diferentes tipos de hipocresía ambas, igualmente dañinas.
Está la hipocresía por conveniencia personal, de algún ser muy inseguro.
Luego está la más subyacente, por lo tanto, peligrosa.
La hipocresía por omisión…
Esa que se camufla, se oculta, y borra la evidencia, de que somos sicarios, de lo mismo que defendemos.
Un solos ejemplo.
Reposteamos ad infinitud, numerosas causas, por las que nada hacheemos.
Protestamos contra el abuso infantil, el hambre, la megaminería, la ecología, etc.
Somos divinos y solidarios…
Pues no, somos, en el mejor de los casos, encubridores, en el peor, asesinos o cómplices de asesinos.
Volviendo al tema de las percepciones, en la vida, en estos casos no profundizamos demasiado, en las verdades… Total, las cómodas de cemento, que nos atraparon con sus respectivas gravedades, dan respuestas de chicle bazooka..
Pero si pensamos un poco más allá, tirando del cable, pensaremos de donde salió, quien lo hizo, de que material, de donde sale, de que país, cuantos se lastimaron para hacerlo, y así, ad infinitud, con cada uno de los miles de componentes, que hacen, que pueda teclear estas boludeces.
Con estas herramientas, donde otros, con su vida y en un mundo depredado, hacen, que los garcas de siempre, los dueños del poder económico, las pongan en nuestros hogares a precios irrisorios, esos instrumentos, para defender tan nobles causas, consumiendo cada vez, más de lo que los mata.
Está fuera de la percepción, no lo registramos como vida.
Ninguno de nosotros, podemos, usando toda nuestra vida, procesar, ni siquiera, los 500 gms de hierro, que lleva el gabinete de la PC, sin contar, el posterior fundido, laminado, baños químicos, matricería, máquinas y obreros para moverlas; obreros, que van a laburar en auto, para poder comprar, lo que sus pares producen…
Y así, donde quieras mirar.
Ese despilfarro de energía, para luego enchufar millones de estos aparatos, descartables, cada seis meses, llenos de minerales exóticos, succionando energía como vampiros, y defendemos por aquí, causas de las que somos responsables.
Eso, es lo que llamo hipocresía por omisión.
Ahí, es donde se debe trabajar, ya, que ignorar, otra manera de pensar las cosas, impide la oportunidad, de darle un poco más de aire, a la conciencia, con o que el mundo, sería un lugar, que se pone mejor, para todos.
Nos pone más cerca, de la libertad.
Resumiendo, no es una cuestión de absolutos, es una cuestión de los infinitos medios, donde la vida, es libertad y la libertad, creación.
La riqueza, no reside en las cosas, sino, en el porqué de las cosas.
Un abrazo!

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