viernes, 7 de mayo de 2010
SOBRE SABERES Y PARECERES...
Cierto día cavilaba sobre saberes y pareceres, sobre saberes propios y heredados y sobre pareceres propios y heredados.
En ese incierto vagar por los paisajes, en esos momentos donde dejo que mi cuerpo haga lo que quiera, mientras me ausento y el se entretiene saludando y charlando, ora aquí, ora allí, me trabé en lucha con un recalcitrante pensamiento que se empeñó en invadirme.
Osadamente, me atacó, de a traición, inquiriendo cuales eran mis pensamientos…
Con sorna y suficiencia, tomé con el fino guante de la dialéctica, algunos brillantes que tenía mano y los ofrecí triunfante.
Oh, que error cometí al subestimar ese pensamiento que surge de nuestras profundidades, tan irreconocible, que parece ajeno…
Pienso, que tal vez por no reconocer el timbre de esas mudas voces, como el sonido de nuestro verdadero ser, hayamos elaborado el concepto de un Dios que nos habla.
Pero este razonamiento, no me aparta del error cometido.
La macabra carcajada de esa muda voz, sonó como la de un arlequín insano en los oídos de mi piel interna.
Realmente me perturbó…
¿De que te ríes payaso de cotillón?
¿De mis laboriosos pensares?
No sa…
No me dejó seguir… la carcajada mutó en grito, como el de quien quiere despertar un cadáver.
¡De cotillón son tus brillantes pensamientos, so burro!
¿Qué hay de tuyo en toda esta basura?
¡TODO! Vociferé indignado…
¡Hijo de puta!
¿Como te atreves a cuestionar lo que me llevó una vida elaborar?
Inhaló, para espetarme…
He visto bobos peores, pero esos ni siquiera saben que existo, pero ¿vos?
Es que tan ciego te has vuelto que no puedes ver…
¿Qué es lo que no puedo ver?
Que toda esta mierda, es prestada, que tu lucha es estéril, que esa hipocresía que nadie detecta, te carcome como un cáncer…
¡Lo que dices está imbuido del olor de la falacia!
Pues entonces revisa tu olfato, pues te engaña, y de paso te aviso, que también eres un verdadero cornudo de tus otros sentidos…
¡Ni lo menciones!
Este maridaje, nunca funcionó en el humano… Son estúpidamente imaginativos.
¡Explica entonces a que te refieres, si es que puedes!
¿O crees, mi gran tonto interno que volverás a derrumbar las creencias que me apañan?
¡Por supuesto que puedo!, me desafió…
Ante el cariz de los acontecimientos, hice lugar a su explicación.
A todo esto mi cuerpo seguía sentado entretenido en una amena reunión.
Controlé que no estuviera cometiendo alguna de sus habituales pavadas, y me puse a escuchar…
Tienes mi atención, azucé…
¿Bien, porqué piensas que tu pensar es propio?
Chasqué los labios con fastidio y enuncié lo que me resultaba obvio.
Porque yo mismo los he elaborado arduamente, revisando cada cajón del ropero de mi ser en busca de respuestas y luego de desarmarlas hasta la última molécula, las reconstruí, tomándome el paciente trabajo de hacerlo a mi manera.
La risa tronó más fuerte y sorda, y a esta altura, ya me encontraba bastante desconcertado, aunque resistía estoicamente bajo una máscara imperturbable.
Volví a pecar, subestimando otra vez, pensando que lo mas profundo de mí y de la especie, no podría notarlo…
La risa mutó en condescendiente sonrisa, lo cual me enfureció hasta el delirio, solo como una elegante forma de desmoronarme sin que lo notaran los ojos ajenos…
Solo que esta vez, no había ojos ajenos.
Con rabia, lo conminé a explicarse, o desaparecer de mi vida, como si tal cosa fuera posible…
Escucha, me dijo, hablas de tus ideas, más no de tus materiales.
Eso, pillo impide que veas la cruda realidad.
¿Cual es esa cruda realidad?
Tu desesperado y patético intento, de vestir tu no bien dotada inseguridad con regios ropajes, de barrocos oropeles y poca esencia.
Pero, como amigo te digo que no eres el único que padece este mal, es más es un mal endémico de la humanidad toda.
¿No has pensado siquiera la posibilidad de que tus pensamientos sean consecuencia de los prejuicios?
¡De ninguna manera!
¡Desde que recuerdo luché contra todo tipo de prejuicios!
Uhhh, qué políticamente correcto… Sonó a sorna en su más puro estado.
Veo que sigues aferrado a tu ceguera.
No hablo de “esos” prejuicios… ¡Hablo de los que os forman, lelo!
¿No has notado acaso, que el único que no cargó con esa cruz, fue el primer humano?
Empecé a inquietarme, un rayo partió mi cabeza, y empecé a resonar con su relato, descubriendo al unísono más perfecto, lo mismo que me contaba…
Supongo que estás entendiendo…
¿Pues quien colocó los cimientos, quién proveyó los materiales, quién dibujó las línea del trayecto, quién prefijó el discurso, quien enfocó la atención en un punto entre los infinitos posibles de la vida?
Ehhh
¿Puedes contestar esta simple pregunta?
El primer hombre, se me escapó al mismo tiempo que me arrepentía de haber soltado mi lengua antes que mi pensamiento…
Casi aciertas, por supuesto que sí, pero esperaba algo más profundo de ti, pelotudo ilustrado.
Espe…
Tienes otra chance…
¡Cualquier antecesor! Respondí exultante.
Es la primera cosa coherente que dices.
Esos son los verdaderos prejuicios.
Los que conforman la matriz del pensamiento nonato, determinando que pensarán los que vienen a caballo del futuro.
Ahhh, pero que bonito te expresas ahora, que un aerolito aplastó tu terca cabecita…
Indignado, porque los argumentos irrebatibles me indignan en su demoledora potencia, insistí.
Te agradezco, tal vez navegando en mis pensamientos habituales, habría llegado a esa conclusión.
¡Que patética la vida del hombre que cubre su ignorancia con difusas predicciones!
Jamás, pero jamás lo hubieras pensado, si por un instante no me escapaba de esa cárcel de preconceptos, y surgiendo desde tu abismo mas profundo, te pusiera sobre aviso!
Si, eso lo reconozco, pero también eres yo…
Un yo que no es manifestado, es la nada misma, me dijo.
Sentí escalofríos, percibí el desasosiego, en lo más poderoso que había conocido en la vida y me sentí unido, unido como nunca y para siempre a ese mí, si tal frase es posible, aterrado de mi propia e infinita fragilidad.
Saqué a mi cuerpo de la reunión.
Salió elegantemente esgrimiendo una disculpa y lo convoqué al reencuentro.
La sensación fue indescriptible.
Como explicar lo que sentirá el mundo cuando choquen sus placas para volver a formar una Pangea…
Desconozco cuanto tiempo permanecimos en ese estado, pero recuerdo vivamente, el placer de verme en esa negra noche, sentado en el piso, mirando pasar la vida y pensando, tal vez por primera vez, totalmente íntegro, aunque por simple evocación intuyo que es la segunda…
La anterior, fue al nacer, cuando realmente no sabía nada.
Me dediqué placenteramente a completar el pensamiento, instalándolo en cada fibra de mí ser mientras lo paladeaba…
Descubrí cosas que hacían que el placer, me duela, con esa rara forma de dolor que ofrece el placer extremo.
El secreto del primer hombre revelado, el antecesor dictatorial, el seguidor adormecido, el opio del pensar desde el mismo pensar…
Y la visón, la clara visión de un patrón.
Un hombre, que con todo el compromiso de su ser, logra un solo pensamiento original, está en el panteón de los genios sin parangón.
Un hombre que logra dos de esos pensamientos, pertenece al Olimpo de los Dioses.
Y aquel que tenga el inverosímil récord de tres pensamientos supremos, se muere…
Solo, porque este plano, no lo contiene.
Y lloré, lloré de placer.
Solo hoy, un día cualquiera que dice ser 7 de mayo de 2010… Creo.
Creo sinceramente en que hay que reeducar a la sociedad en su conjunto.
El tema, es que hay que arrancar de un nivel mas profundo de reeducación.
Si se piensa diferente, se dice diferente y se hace diferente.
Por lo tanto, yo creo que hay que re aprender acerca de como vemos las cosas y por ende, la vida.
El sistema imperante, hace agua por todos lados y estamos tratando de arreglarlo con herramientas cuanto menos vencidas.
Es un hecho, la disparidad entre los avances a nivel científico y tecnológico, respecto a la evolución del ser humano como tal.
Me refiero, culturalmente, a que engloba a la ciencia y la tecnología, pero lo promedia con infinidad de cosas que hacen a la persona.
Esta brecha, se incrementa a una velocidad asombrosa, creando la paradoja, de que el hombre por primera vez en su historia, tiene mas tecnología de la que el mercado puede absorber o él mismo usar.
Sin embargo, en cuanto a capacidad de abordar los problemas del ser humano desde otra perspectiva, para generar un salto de pensamiento, el avance va a paso de tortuga.
Es la madre del desasosiego, o esa sensación incómoda que arrastramos al vivir en esta sociedad.
Para eso, habría que cambiar la matriz de pensamiento, hacer un tremendo esfuerzo por quitarnos de encima años y años de estructuras, de subliminales sugerencias de la forma de ver y resolver las cosas.
Dejar de medir la inteligencia por un número, como si eso garantizara el buen vivir.
La inteligencia es solo una herramienta para manifestarse, pero estéril, si solo se manifiesta en algo en particular y no se expande.
La concentración de materia gris en híper especializaciones es la que genera esta distorsión.
Esta era, fragmenta el conocimiento y la sociedad se desmiembra al mismo ritmo.
Mi definición de inteligencia, es darse cuenta en tiempo real como funcionan las cosas, mientras estas suceden.
Esto implica estar plenamente presente, accionar sobre ellas, interpretarlas, disfrutarla, es decir vivirlas plenamente sin tener que esperar que nos caiga la ficha, cosa buena pero a veces tardía.
A la realidad, se le están ajando las máscaras y se puede empezar a pensar más libremente la sociedad que queremos.
Bueno, es un tema que da para cinco años.
Pero que vas a hacer esto es un blog, me conformo con que se entienda para donde apunta.
Un abrazo.
BÚSQUEDA.
Hoy, estamos parados en una bisagra de esas que cambian la historia.
Empezar a ver esta nueva realidad y pensarla sin prejuicios, nos va a dar una oportunidad de que esto cambie.
Por una cuestión lógica, dejo de lado la utopía de que toda la humanidad cambie, pero sigo apostando al cambio de muchos, que son los que harán al resto saltar a este nuevo modelo.
No hay que caer en la trampa de pensar, que somos individuos.
El individuo y el todo, son indisolubles.
Cuando digo esto, y quizá aquí venga lo difícil de entender, es que la única manera de despegar del ego, es exacerbarlo, no alejarse de el, en función de una unidad con el todo, cuanto menos meramente enunciativa.
Solo a través del doloroso, trabajoso e intenso conocimiento de uno mismo en todas, repito, TODAS sus facetas, nos permitirá encontrar esos patrones, que conforman el ADN mismo de la evolución, aplicable al ser, la naturaleza, las sociedades, el mundo, el universo todo.
No perdamos de vista, las limitaciones que nuestros pobres sentidos imponen a nuestra comprensión.
Piensen que haciendo el máximo esfuerzo intelectual y de experimentación, solo habremos arañado la superficie de la cosa, ateniéndonos solo a lo que conocemos o podemos conocer.
Lo realmente interesante está en conocer lo que podemos imaginar, que es enorme y sin embargo, la nada comparado con lo que ni siquiera podemos imaginar, que es donde realmente esta ese conocimiento que se acerca al absoluto.
Por ende, la premisa fundamental de todo crecimiento, debe ser, la de desechar cada conocimiento nuevo que tengamos, por mucho que nos haya costado conseguirlo y salir en búsqueda del que le sigue.
No es inútil el anterior, solo que al reconocerlo como efímero, lo usamos como punto de partida para el próximo.
Asumir que no hay verdades, que no hay nada que encontrar, es un golpe, pero liberador, ya que pasamos a poner el acento en el disfrute de la búsqueda en si misma.
La búsqueda perpetua, es el fin, nunca el medio, tal como hasta ahora ha venido planteando la cultura.
En la misma línea de pensamiento, ya podemos dejar de creer en cosas tales como el amor eterno, la verdad absoluta, la perfección humana y tantas cosas inasibles que perseguimos inútilmente, no reconociendo mientras tanto el taller del trayecto. Actuar como si nuestra fecha de vencimiento, fuera lejana, nos impide tomar las cosas con la intensidad de saber que tal vez sea la última vez que las hacemos, viviendo la experiencia con una intensidad exacerbada, que deja un material de sensaciones muy rico para analizar.
No hay manera de despegar de la película que vivimos, si no empezamos a reconocerla como tal.
Recién a partir de esto, podemos faltarle el respeto lo suficiente, como para convertirnos en los guionistas de la misma.
Como siempre, el riesgo de hablar por este medio de ciertas cosas, nos expone al hecho de que una síntesis furiosa, termine, mutilando la idea, pero creo que es un espacio para quienes pueden leer entre líneas y completar el mensaje.
Un abrazo.
IREALES REALIDADES...
¿Será la angustia existencial del ser humano,
hija de sentidos impotentes, para ver claramente?
Solo entienden de torpes interpretaciones
mas nada saben de evasivas realidades.
Miríadas de estímulos y cinco sentidos sentidos,
rescatando jirones de vida que pasan rozando…
Siendo estos ínfimos enceres, el exiguo ingrediente
que nos permite llamarnos seres vivientes.
La mente impotente reclama estridente
ver verdades, vedadas, aún al clarividente.
Yel alma eterna, que muere de gula
atascada de años de falsos saberes.
Haces de luces destacan siluetas, apenas fantasmas,
sin embargo tan seductores, que obligan a abrazarlos.
Sin percatarnos guiamos los haces, le damos enfoque
y este mínimo detalle define lo que llamamos, nuestra vida.
A su alrededor, el negro y mullido hollín de la noche
devora las infinitas sobras del saber y las esconde.
Intuimos que algo falta, mas no nos es dado saberlo
y concluimos que la vida, es aquel resplandor plateado.
Pocos buzos para tanta oscuridad y sinsentido,
donde aún yace el increado idioma de los sentimientos.
Que retoza junto al germen de la vida que no explica,
de la verdad, de mi, de vos, de alegría, del dolor y el amor.
Mientras tanto caminamos en el humo aturdidos
cual Polifemos tuertos saboreando el regusto de la verdad
paladeando y paladeando una verdad sosa, sin esencia,
buscando esa evasiva presencia de nuestra difusa existencia.
Este, es el laberinto que este plano nos ha asignado.
Tomamos nuestras armas, y nacidos a él ingresamos.
Imaginamos, fantaseamos, contamos y actuamos una historia
mero remedo de nuestra vida, imposible, incontable, inasible.
Ocasionalmente, algún día, descubrimos nuestra negada ignorancia.
Un rayo nos fulmina, malheridos, sin aliento y cegados ahora de luz,
buscamos imbuidos de atávica e instintiva sabiduría rincones oscuros…
Casualmente esos lugares donde nadie mira, nada se ve, más algo se perfila.
No es la verdad, tan bien escondida, pero podemos presentir como luciría.
Y cuanta paradoja, que cuando los ojos se ciegan, dejamos la luz y tomamos la vela,
cayendo en cuenta que la llama frágil y vacilante ya no encandila pero sirve de guía
Algunos antiguos, le llamaban sabiduría, yo, solo un poco mas de vida.
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